Cabeza del radio
Estas fracturas suelen producirse en caídas sobre la palma
de la mano. El paciente refiere dolor y limitación de la movilidad en el codo.
La clasificación de Masón distingue los tipos I (no desplazada), II (desplazada
en dos fragmentos, reconstruible) y III (conminuta). Cuando se asocian a una
luxación de codo (con o sin fractura asociada de coronoides), se clasifican
como tipo IV. El término lesión de Essex-Lopresti consiste en la asociación de
una fractura conminuta de la cabeza del radio con lesión concomitante de la
articulación radiocubital distal y la membrana interósea; supone la pérdida de
la estabilidad longitudinal del antebrazo (Figura 16).
Las fracturas tipo I se tratan de forma conservadora
mediante inmovilización con férula de yeso durante una o dos semanas, seguida
de rehabilitación intensa. Las tipo II se tratan de forma conservadora (como
las tipo I) únicamente si se mantiene un buen rango de movilidad pasiva (tanto
flexoextensión como pronosupinación) tras la infiltración intraarticular con
anestesia local; en los demás casos se tratan mediante reducción abierta y
osteosíntesis. En las tipo III aisladas (sin luxación de codo o lesión de
Essex-Lopresti asociada) puede intentarse la osteosíntesis si el grado de
conminución lo permite o, de lo contrario, resecar la cabeza del radio. Por el
contrario, en los casos asociados a inestabilidad (luxación de codo [tipo IV] o
lesión de Essex-Lopresti), la participación de la cabeza del radio en el
mantenimiento de la estabilidad es crítica, por lo que se debe intentar la
realización de una osteosíntesis o -si la complejidad de la fractura no lo
permite- sustituir la cabeza del radio por un implante metálico.
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